Alimentación en el Ejercicio Físico
Los
deportistas han creído desde hace mucho tiempo que “cada uno es lo que
come”. La nutrición es uno de los elementos más importantes para mejorar
el rendimiento deportivo, aun cuando esta relación se ha llevado
frecuentemente hasta extremos absurdos.
Muchos
son susceptibles de falsas soluciones rápidas para sus problemas
dietéticos y no existe otro colectivo más atraido por el curanderismo o
la charlatanería nutricional que el de los deportistas. Siempre están
buscando atajos para mejorar su rendimiento de todas las maneras
posibles y, por ello, hay mucha gente dispuesta a aprovecharse de ese
anhelo.
Las
necesidades nutricionales y alimenticias del deportista son casi
idénticas a las de las personas sedentarias. Necesitan carbohidratos,
grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua en cantidades
determinadas por la edad, estructura corporal y nivel de actividad.
Estos requerimientos pueden satisfacerse suficientemente con una dieta
básica y equilibrada y no mediante comidas mágicas, dietas maravillosas o
suplementos dietéticos que pueden resultar, incluso, perjudiciales.
Es
cierto que, cuantitativamente, los deportistas pueden tener unas
mayores necesidades nutricionales que los sedentarios. Quienes se
ejercitan regularmente imponen grandes demandas a sus reservas
corporales de fluidos y energía y, para asegurar un rendimiento óptimo,
deben incrementar su dieta ordinaria con el fin de mantener estas
reservas. La mayoría de los deportistas de alto nivel son conscientes de
la importancia que tiene la nutrición y por ello buscan consejo
profesional en esta parcela, mientras que los deportistas de ocio
normalmente no tienen acceso a este lujo; aun cuando éstos pueden tener
un especial interés -especialmente en lo que afecta a sus rendimientos
deportivos- , es difícil dar sentido a todo el material que
abrumadoramente les llega en cascada a través de las pantallas de
televisión, páginas de revistas y estanterías de los supermercados.
Consejos Nutricionales
Hay
avances en ciernes sobre los cambios en los malos hábito dietéticos de
la población americana. La mayor parte de los consejos sobre nutrición
han sido sintetizados por el U.S. Departement of Agriculture y el
Departement of Health and Human Services.
Éstas son sus normas:
Comer alimentos variados para obtener energía, proteínas, vitaminas, minerales y fibras necesarias para una buena salud.
Mantener
un peso adecuado para reducir la posibilidad de hipertensión arterial,
enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular, ciertos cánceres y el
tipo más común de diabetes.
Seguir
una dieta baja en grasas, grasas saturadas y colesterol para reducir el
riesgo de ataques cardiacos y ciertos tipos de cánceres; y debido a que
las grasas contienen el doble de calorías que la misma cantidad de
hidratos de carbono o proteínas, una dieta baja en grasas ayudará a
mantener un peso saludable.
Comer
gran cantidad de vegetales, frutas y cereales, los cuales satisfacen
las necesidades de vitaminas, minerales, fibra e hidratos de carbono
complejos y favorecen la disminución de la ingesta de grasas.
Consumir
azúcares con moderación. Una dieta con mucho azúcar contiene demasiadas
calorías y escasos nutrientes para la mayor parte de las personas y
contribuye al deterioro de la dentadura.
Consumir sal y sodio con moderación para disminuir el riesgo de presión arterial elevada.
Consumir
bebidas alcohólicas sólo con moderación. Las bebidas alcohólicas
proporcionan calorías, pero pocos o ningún nutriente. El consumo de
alcohol es también causa de muchos problemas para la salud y accidentes,
además de que puede conducir a una adicción.
Programa de perdida de peso
Se
estima que entre 60 y 70 millones de americanos adultos y al menos 10
millones de jóvenes transportan demasiada grasa en sus cuerpos. Cada año
millones de ellos se embarcan en programas de pérdida de peso por
razones estéticas, sin supervisión médica.
La
reducción de peso está recomendada médicamente por razones de salud. Es
sobradamente conocido que la obesidad se asocia a múltiples problemas
sanitarios como sobrecarga del corazón, hipertensión arterial o
diabetes.
Debido
ha que hay tantos afectados por el problema de la obesidad, el American
College of Sports Medicine ha establecido unas normas necesarias para
un programa de pérdida de peso seguro y con éxito.
En resumen, un programa deseable de pérdida de peso debe:
- · proporcionar una ingesta calórica de, al menos, 1.200 kilocalorías por día para adultos sanos, en orden de satisfacer sus requerimientos nutricionales básicos.
- · incluir comidas aceptables según los antecedentes socioculturales, hábitos, sabor, coste y facilidad de preparación y adquisición.
- · proporcionar un balance calórico negativo (pero no mayor de 500 a 1.000 kilocalorías por día inferior a la ingesta normal recomendada) resultando en una pérdida de peso gradual sin alteraciones metabólicas. La pérdida de peso máxima será de 1 kilo por semana.
- · incluir técnicas de modificación de conducta para identificar y eliminar hábitos dietéticos que soporten la nutrición inadecuada.
- · incluir un programa de ejercicios de resistencia de, al menos, 3 días por semana, de 20 a 30 minutos por sesión, a un mínimo de 60% del latido cardiaco máximo.
- · proporcionar nuevos hábitos de comida y actividad física que puedan continuarse de por vida para mantener la pérdida de peso lograda.
Para Ganar Peso
Para
los deportistas que desean ganar peso para mejorar su rendimiento, o
simplemente para cambiar su aspecto exterior ( no deben intentarse
ganancias superiores a ½ kilogramo por semana), la nutrióloga deportiva y
autora Nancy Clark ofrece estas normas prácticas:
· Comer sin variación. Hacer cada día 3 comidas abundantes además de 1 o 2 tentempiés. No omitir ninguna comida.
·
Comer raciones superiores a las habituales. En lugar de un sandwich
para comer, tomar dos. Ingerir un vaso de leche mayor, un bol de
cereales más grande, o una pieza de fruta de mayor tamaño.
·
Seleccionar comidas de alto contenido calórico. Informarse de los
niveles calóricos de los alimentos para determinar cuales son los que
tienen más calorías. Por ejemplo, 225 gramos de zumo de arándanos-
manzana tienen más calorías (170) que 225 gramos de zumo de naranja
(110); una taza de crema de guisantes tiene más calorías (130) que una
crema de verduras (80).
·
Beber mucho zumo y leche. Las bebidas son un modo sencillo de
incrementar la ingesta calórica. En lugar de beber agua, apagar la sed
con líquidos portadores de calorías. Un jugador de fútbol universitario
ganará 6 kilos durante el invierno simplemente añadiendo 6 vasos de zumo
de arándanos y manzanas (cerca de 1.000 kilocalorías) a su dieta
cotidiana estándar.
·
Hacer ejercicios de resistencia. El levantamiento de pesos libres y con
máquinas tipo Nautilius estimula el desarrollo muscular, de tal modo
que el deportista aumentará de peso pero no engordará. Los deportistas
que realizan sete tipo de actividades deben recordar que el jercicio
vigoroso tiende a estimular el apetito, por lo que comerán más y, por
sete motivo, subirán de peso.
Ejercicio
extra, y no proteína extra, es la clave para incrementar el desarrollo
muscular. Las bebidas proteicas caras son efectivas tan sólo porque
contienen calorías adicionales. Éstas pueden obtenerse de modo mucho más
barato simplemente substituyéndolas por alimentos convencionales de
alto contenido calórico.
Nutrición deportiva Básica
Comer
bien ayuda a todo el mundo a mejorar la salud, resistencia y energía.
La buena nutrición es especialmente importante para los deportistas que
desean optimizar sus rendimientos; esto es aplicable no sólo a los
deportistas profesionales y de élite, sino también a los deportistas de
ocio.
Incluso
con una correcta combinación de genética, preparación física y
entrenamiento, los deportistas mal alimentadso son incapaces de
desarrollar por completo su potencial, tanto si es para acabar el quinto
set de un partido de tenis un fin de semana, como para correr 5 millas
durante la hora de la comida, o hacer una clase de aerobic después del
trabajo.
Los
deportistas, tanto en deportes de intensidades cortas como en deportes
de resistencia, obtienen mejores rendimientos con una dieta rica en
carbohidratos y baja en proteínas.
Una
dieta equilibrada basada en carbohidratos (entre 55 y 65% de la ingesta
calórica diaria) incluyendo carne u otro alimento rico en proteínas
como “suplemento” (10-15 %), y grasa para las calorías restantes
(alrededor de 25-30 %) es apropiada para todos los deportistas. Esta
dieta debe incluir alimentos de todos los grupos principales (al menos
de 6-11 raciones de pan, cereales arroces y pastas; 3-5 raciones de
verduras; 2-4 raciones de fruta; 2-3 raciones de carne, aves, pescado,
judías secas, huevos y el grupo de frutos secos; y 2-3 raciones de
leche, yogur y el grupo de los quesos), que son altos en nutrientes y
fáciles de digerir.
Los
hidratos de carbono son la fuente más importante de energía durante la
actividad física intensa. Los carbohidratos se presentan en dos formas:
simples y complejos. Los simples se encuentran en las frutas, zumos,
leche, yogures y dulces, mientras que los complejos se encuentran en los
granos completos, verduras, pastas, arroz y pan. El cuerpo metaboliza
ambas formas en glucosa para las necesidades energéticas inmediatas. Los
excesos de glucosa se almacenan como glucógeno fundamentalmente en los
músculos y, en un grado menor, en el hígado, para carburante del
ejercicio. A pesar de ser los nutrientes más importantes, son los que
menos se almacenan en el cuerpo. Tras 2 horas de ejercicio u 8 horas de
paso rápido se pueden vaciar significativamente sus almacenamientos. En
los deportistas, este vaciamiento puede ocasionar fatiga y descenso del
rendimiento.
Los
nutricionistas del deporte generalmente recomiendan una ingesta de
hidratos de carbono de unos 6-8 gramos por kilo de peso corporal y día, o
un mínimo de 500 gramos por día, especialmente para deportistas de
resistencia. Por ejemplo, un deportista de 80 kilos puede necesitar
alrededor de 600 gramos de hidratos de carbono por día (2.400 calorías).
Esto significa comer una gran cantidad de pastas y verduras: una patata
cocida proporciona 21 gramos, una manzana alrededor de 18, y un bol de
cereales cerca de 20 gramos de carbohidratos.
Además,
para seguir una dieta rica en hidratos de carbono como parte del
régimen de salud, consumir carbohidratos después del entrenamiento
maximiza la recuperación.
Las
proteínas son necesarias para construir y reparar los músculos,
ligamentos, tendones y otros tejidos. No se utiliza como fuente especial
de energía. Menos del 10% de la energía utilizada durante el
entrenamiento deriva del metabolismo proteico. Los deportistas necesitan
solamente entre 1 y 2 gramos de proteínas por kilo de peso corporal al
día. Sólo una cantidad limitada de proteínas es necesaria para la
reconstrucción tisular. Su exceso se convierte en grasa.
Si
la ingestión total de hidratos de carbono es insuficiente, el cuerpo
utiliza las proteínas para producir energía. En tales casos el cuerpo
comenzará a perder masa muscular.
Una
pequeña ración de alimentos ricos en proteínas en cada comida es
suficiente para mantener una actividad deportiva vigorosa y cumplir con
los requerimientos corporales básicos. Los suplementos proteicos no son
necesarios para los deportistas que satisfacen sus necesidades calóricas
diarias.
La
grasa es la fuente de energía más concentrada de los nutrientes
diarios. Se clasifican en saturadas y no saturadas (poliinsaturadas y
monoinsaturadas ). Los ácidos grasos saturados (grasa de la carne de
vaca, cerdo, cordero y aves, productos lácteos, aceite de coco, de palma
hidrogenado y chocolate) tienden a aumentar los niveles de colesterol
en la sangre. Las grasas saturadas deben representar no más del 10% de
la ingesta calórica diaria. Las grasas poliinsaturadas derivan
principalmente de los aceites vegetales (trigo, semilla de algodón,
ártamo, soja y girasol) y de los aceites de pescado. Las grasas
monoinsaturadas se encuentran en el aguacate, y en los aceites de oliva,
cacahuete y frutos secos.
La
mayoría de los occidentales tiene grasa suficiente y sólo necesitan
consumir cantidades mínimas. Una persona promedio tiene energía en forma
de grasa suficiente como para corre 1.500 kilómetros. Además de proveer
energía, la grasa proporciona aislamiento y protección contra los
impactos, transporta ciertas vitaminas y proporciona ácidos grasos
esenciales. La grasa de la dieta debe representar del 10 al 30% de la
ingesta calórica diaria, lo cual significa una reducción en la dieta
típica occidental.
Consumir
una cantidad insuficiente de grasas crea otros problemas para el
deportista, en particular la inadecuada ingesta calórica. Es apropiada
una cierta cantidad de grasa en cada comida, pero evitando excesivas
cantidades de fritos, comidas grasientas, aceitosa o con mantequillas,
las cuales llenarán el estómago pero dejarán a los músculos sin
carburante.
Las
vitaminas y minerales son importantes para muchas reacciones
metabólicas, pero no proporcionan energía. Es un error muy difundido
entre los deportistas que los suplementos vitamínicos mejorarán los
rendimientos deportivos.
Muchos
de ellos consumen grandes cantidades de suplementaciones
vitamínico-minerales en la creencia de que estas dosis mejorarán su
rendimiento; sin embargo, la ciencia médica no ofrece evidencia alguna
de que éste mejore con el consumo de tales suplementos. El hombre o
mujer sanos no requieren suplementos vitamínico-minerales en tanto que
estén digiriendo una dieta variada.
Los
estudios más recientes revelan que, debido a los cambios de los hábitos
dietéticos de la población (el incremento del consumo de comidas
procesadas y “comidas rápidas”), puede haber mucha gente cuya ingesta
vitamínico-mineral sea insuficiente. Sin embargo, se insta a estos
individuos a mejorar su dieta en lugar de recurrir a suplementos.
Cuando
los deportistas utilizan suplementos nunca deben exceder del 150% de la
dosis diaria recomendada. Aun cuando la mayor parte de los
nutricionistas aseveran que no se producirá ningún daño por tomar setas
cantidades, también establecen que no existen evidencias de que seta
práctica sea beneficiosa.
Los
estudios establecen que los suplementos contienen de 2 a 10 veces la
dosis diaria recomendada de cualquier vitamina y deben ser tomadas
exclusivamente bajo supervisión médica en los casos de que un individuo
tenga una enfermedad específica para que se prescriban vitaminas.
Consumir
grandes dosis de vitaminas, una táctica popular en aumento entre los
deportistas, es costoso y genera falsas expectativas. Una de las mayores
preocupaciones de los profesionales médicos es la evidencia de que el
consumo masivo de vitaminas y minerales puede ser tóxico y/o interferir
en la delicada relación metabólica entre los nutrientes vitales. En
resumen: los suplementos de vitaminas o minerales no mejoran el
rendimiento de los deportistas bien nutridos.
Los
fluidos necesitan ser destacados como una parte de la dieta saludable,
especialmente para los deportistas. La hidratación adecuada es la ayuda
que más frecuentemente se ignora para el rendimiento deportivo. Los
fluidos son necesarios para regular la temperatura corporal y prevenir
el sobrecalentamiento. Por ejemplo, si un deportista pierde 1,5-2 kilos
durante la práctica deportiva o el entrenamiento, tendrá menor capacidad
para reducir la temperatura corporal. Este desequilibrio en la
regulación de la temperatura recorta drásticamente el rendimiento y
puede causar problemas médicos. Los líquidos también transportan
energía, vitaminas y minerales a través del sistema circulatorio y son
necesarios para todas las funciones orgánicas. Todo el mundo debe beber
entre 6 y 8 vasos de agua diariamente, o hasta que la orina sea de un
color claro. Los deportistas también deben beber cantidades copiosas de
fluidos antes, durante y después del ejercicio. La micción
frecuentemente se un signo positivo de que se ha consumido líquido
suficiente. Una forma simple de determinar cuánto líquido ha de beberse
se comprobar el peso antes o después del entrenamiento o competición; le
peso perdido corresponde, casi por completo, a los fluidos y debe de
ser reemplazado en consecuencia (0,5 kilogramos de pérdida de sudor = 2
vasos de líquido). Beber más líquido que menos puede ayudar a prevenir
las deshidrataciones y el sobrecalentamiento. Los fluido incluye agua,
zumos, o bebidas para el deporte
Para
los deportistas ocasionales, el agua es suficiente como fluido de
reemplazamiento. Si el ejercicio dura más de 30 minutos (especialmente
en alta temperatura o humedad), el participante debe beber un vaso de
agua fría cada 15-20 minutos. Los deportistas no deben esperar a beber
hasta que tengan sed, ya que esta sensación aparece posteriormente a las
necesidades reales.
Para
actividades de resistencia que duran más de 2 horas, el rendimiento
deportivo no sólo depende del balance hídrico, sino también de los
niveles de glucosa en sangre. Para estos casos, muchas bebidas
deportivas proporcionan agua y un suplemento de pequeñas cantidades de
azúcar y sodio. Estudios actuales sugieren que los deportistas de
deportes de resistencia se benefician cuando consumen esta clase de
bebidas comparadas con agua sola. Muchos tipos de azúcar se hallan
contenidos en las bebidas de suplementación. Todas tienen propiedades
similares excepto la fructosa, la cual puede impedir la absorción del
agua e irritar el estómago cuando se utiliza como la principal fuente de
energía.
Algunas
bebidas deportivas utilizan polímeros de glucosa para aumentar su
contenido de azúcar sin afectar la absorción del agua. Éstas ofrecen
cerca del 20% de azúcar en su solución, proporcionando un aumento
significativo de este nutriente lo cual puede ser muy beneficioso
durante los eventos de ultra-duración en los que los depósitos de
glucógeno muscular y hepático se vacían.
Después
del ejercicio, la rehidratación se produce con mayor rapidez cuando el
líquido que se ingiere contiene pequeñas cantidades de sodio. Las
bebidas para el deporte proporcionan una pequeña cantidad de este
mineral con este propósito.
Tiempos de comida
El
alto rendimiento sólo es posible manteniendo los almacenamientos
adecuados de carbohidratos, lo cual se consigue comiendo siempre de
manera adecuada. Sin embargo, conseguir estos depósitos exige planificar
la ingesta de inmediatamente antes y después del ejercicio y, en
ocasiones, durante la propia actividad.
Como
ya he indicado, la dieta del deportista debe incluir 6-8 gramos de
hidratos de carbono por kilo de peso corporal por día, o un mínimo de
500 gramos. El organismo los convierte en glucosa circulante y en
glucógeno. Esta última es la forma en la que los carbohidratos se
almacenan en cantidades limitadas en los músculos e hígado. Durante el
ejercicio, el organismo hace uso, como carburante, de estos depósitos;
si el ejercicio lo exige, las reservas totales de glucógeno pueden ser
utilizadas durante 2 horas. Si no se restablecen suficientemente, el
resultado será la aparición de fatiga precoz. La clave para aumentar el
rendimiento en las actividades de resistencia a través de la nutrición
es comenzarlas con los máximos niveles de glucógeno en los músculos, con
lo cual los deportistas rinden a un ritmo mayor y durante periodos más
prolongados.
Además
de la ingesta diaria de carbohidratos, puede incorporarse al régimen de
entrenamiento una técnica de “sobrecarga de hidratos de carbono” cuando
se preparan competiciones que requieran una resistencia superior a los
90 minutos -maratón, torneos de tenis/squash/frontón o triatlón, por
ejemplo. Muchos deportistas de fondo utilizan estas técnicas antes de la
competición.
El
método tradicional, desarrollado primeramente por investigadores
escandinavos hace alrededor de 25 años, consiste en el vaciamiento
completo de los depósitos de glucógeno a través del ejercicio una semana
antes de una competición importante, y reducir drásticamente la ingesta
de carbohidratos en los días siguientes; tres días antes de la
competición, el deportista reducirá o cesará el entrenamiento,
incrementando a su vez la ingesta de hidratos de carbono hasta el punto
de constituir hasta el 90% de la ingesta calórica. La deprivación de
glucógeno en los músculos hace que en ellos se absorban los
carbohidratos de una manera extremadamente concentrada, lo que aumenta
el rendimiento. Desgraciadamente, hay numerosos efectos secundarios
indeseables asociados a la fase de vaciamiento en el régimen tradicional
de “sobrecarga de hidratos de carbono”, incluyendo vértigos, molestias
musculares, irritabilidad y fatiga.
Una
técnica de sobrecarga de hidratos de carbono mejorada elimina muchos de
los problemas asociados con el método tradicional y es más apropiada
para el deportista de ocio. En ésta, el deportista ingiere una dieta
mixta normal (con cerca del 50% de calorías derivadas de los hidratos)
en lugar de tomar menos carbohidratos, y se reduce el entrenamiento
durante este periodo. A continuación, los 3 días previos a al
competición, el deportista sigue una dieta alta en carbohidratos (70% de
calorías totales) y descansa el día inmediatamente anterior. Esta
actualización de la técnica de sobrecarga de hidratos de carbono crea
los mismos depósitos de glucógeno que los que se consiguen con el método
tradicional.
El
consumo de hidratos de carbono debe incrementarse desde la cantidad
normal de 350 gramos hasta los 550-600 gramos. Un consumo que exceda de
los 600 gramos no proporcionará concentraciones mayores de glucógeno
muscular; y este exceso, probablemente se convertirá en grasa.
Los
hidratos de carbono deberán ser complejos, ya que proporcionan más
concentración de glucógeno que los hidratos de carbono simples como, por
ejemplo, los caramelos. Cuando la mayor parte de los deportistas piensa
en carbohidratos, automáticamente los asocia con pastas, cereales o
granos, sin darse cuenta de que se encuentran concentrados en las frutas
y son los nutrientes principales de la mayoría de las verduras.
Dieta
y líquidos en el período precompetitivo: la ingesta de alimentos y
líquidos en este período debe hacer que disminuyan las molestias del
hambre, aseguran una adecuada hidratación (igual a la previsión de
pérdida de líquidos), conseguir el vaciamiento rápido del tracto
gastrointestinal y, dentro de lo posible, satisfacer las preferencias
personales.
Los
deportistas deben ingerir una comida ligera entre 3 y 6 horas antes del
ejercicio vigoroso. Esta comida debe proporcionar entre 75 y 150 gramos
de hidratos de carbono para suplementar los almacenamientos de
glucógeno. Como las proteínas son virtualmente inútiles como fuente de
energía inmediata y contribuyen a la deshidratación porque estimulan la
formación de orina, deben representar una parte muy pequeña de la
ingesta precompetitiva. Por ejemplo, si está compuesta de pasta, la
salsa debe contener un poco de carne; si es un sandwich, las rebanadas
de pan deben ser gruesas y la cantidad de carne (preferentemente pavo o
pollo) pequeña. También debe ser baja en grasas, debido a que éstas
alargan el proceso de la digestión. Las grasas enlentecen el vaciamiento
del estómago y del tracto gastrointestinal superior y pueden dificultar
la respiración y la circulación y, eventualmente, producir náuseas y
vómitos.
Los deportistas deben elegir alimentos que les sean familiares y de fácil digestibilidad.
Las
comidas líquidas son las más convenientes por su rápida absorción, pero
deben probarse durante un entrenamiento y nunca antes de una
competición importante.
La
comida precompetitiva necesita estar planificada para que el estómago
esté vacío en el momento de comenzar el ejercicio a fin de que el
deportista no sufra náuseas o problemas gastrointestinales. Cuanto mayor
sea el contenido calórico de la ingesta, mayor tiempo se tardará en
digerirla.
El deportista debe seguir estas recomendaciones para la comida durante la precompetición:
- para digerir una comida grande se necesitan de 4 a 6 horas.
- de 2 a 3 horas para una comida más pequeña (menos de 500 calorías).
- 1 ó 2 horas para una comida líquida o semilíquida.
- Menos de 1 hora para un liguero tentempié (una pieza de fruta, un pequeño bol de cereales).
Algunas
veces, está recomendaciones no son tan fáciles de seguir. Por ejemplo,
muchas competiciones de resistencia comienzan a primeras horas de la
mañana. ¿Debe el deportista que espera correr un maratón que comienza a
las 10 de la mañana levantarse a las 6 para consumir 3 ó 4 patatas
hervidas?. Y ¿qué ocurre con el ávido tenista que tiene programado un
partido el sábado a primera hora de la mañana? Para deportistas que
deseen ejercitarse vigorosamente por la mañana pero no desean levantarse
muy pronto e ingerir una comida abundante, la mejor elección es una
buena ingesta, rica en carbohidratos, relativamente tarde la noche
anterior y un desayuno pequeño 2 horas antes de la competición.
Tomado de http://www.alimentacion-sana.org/informaciones/novedades/alimentaci%F3n%20en%20el%20ejercicio%20f%EDsico.htm
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