Tener 50 años no es para sertirse viejo

Pasar los 50 no es ser demasiado viejo

1. Todas las personas medianamente saludables de cualquier edad pueden mejorar su estado físico mediante múltiples formas. Esto hace especial referencia a aquellos que tienen más de 50 años, ya que hoy en día tienen un gran número de opciones. Este es un buen método para encontrar la actividad que mejor se adapte a tu persona: Confecciona una breve lista de lo que deseas lograr. Pregúntate qué te gustaría cambiar ¿Eres sedentario o estás excedido de peso? ¿Careces de energía y te gustaría subir las escaleras del modo en que solías hacerlo? Escribe metas simples como bajar 5 libras (2 kg), ganar masa muscular, aumentar la energía, mejorar la postura y tonificar los músculos.
2. Investiga para encontrar el programa indicado. Puedes consultar en: Internet (programas y métodos de diferentes ejercicios), televisión (mirar, grabar y reproducir varios programas de ejercicios y entrenamiento) o salir al exterior (caminar, trotar o practicar deportes al aire libre). Puedes elegir entre otras actividades, como la natación, si vives en un clima cálido cerca de una pileta o cuerpo de agua, el tenis y demás ejercicios atléticos. Combínalos. La clave para un buen entrenamiento radica en NO hacer la misma actividad todos los días. Si lo haces, te aburrirás. Pero tampoco es necesario que hagas un esfuerzo excesivo ni que sobrepases tus propios límites. Para lograr ponerte en forma y mantenerte después de los 50 es imprescindible ser constante. El entrenamiento continuo, variado y moderado debe ser divertido y extremadamente efectivo.
3. Analiza estos factores: ¿Cuánto tiempo le dedicas a cada actividad y en qué nivel lo haces? Esto dependerá de tu edad, nivel de aptitud física y objetivos. Para una persona de 55 años medianamente activa y saludable, por ejemplo, caminar dinámicamente durante unos 30 o 45 minutos es una meta razonable. Paulatinamente aumenta el tiempo y la dificultad, de a poco pero con firmeza.
4. Diseña un horario. Encuentra algo que te guste hacer (dar un paseo, tomar clases televisadas de entrenamiento, nadar 10 vueltas) y anótalo en tu calendario en un día y horario específico. Conviértelo en algo que anhelas hacer, no en una obligación. Un momento para satisfacer tus deseos y disfrutar de tu tiempo personal.
5. Agenda algo para hacer diariamente. No es necesario que te demande demasiado tiempo; simplemente puede ser una clase de Pilates de 30 minutos en DVD o una rutina de estiramiento de 15 minutos. Pero debe ser una actividad diaria.
6. No te atormentes si no haces una actividad. Estás haciendo esto para mejorar tu vida, por lo tanto, considéralo un placer. Cuando finalices un entrenamiento, prémiate. No con alimentos poco saludables, por supuesto, pero sí con algo que disfrutes como ver una película o ir de compras. Notarás que la actividad física viene acompañada de un nivel espiritual elevado. Está científicamente demostrado que la actividad física produce endorfinas ¡Disfruarás sentirte más fuerte y feliz cada vez que entrenas!

   
   

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