Pero no se preocupe si nunca ha realizado ejercicio o
lleva una vida sedentaria desde hace muchos años, la adopción de la
actividad física, aún tarde en la vida, puede ayudarle a mejorar su
calidad de vida en el ocaso de su vida.
Así lo
demuestra un estudio que siguió a más de 3.500 adultos ingleses a lo
largo de ocho años. Los participantes del análisis tenían en promedio
64 años de edad al iniciarse el estudio y son parte del estudio English Longitudinal Study of Ageing, que sigue la salud y el envejecimiento de personas nacidas antes del 1° de marzo de 1952.
Los investigadores, liderados por Mark Hamer, un epidemiólogo del
University College de Londres, encontraron que quienes habían tenido una
actividad física regular moderada o vigorosa y la mantuvieron a lo
largo de los ocho años del análisis, tenían siete veces más
posibilidades de envejecer saludablemente que las personas que
mantuvieron un estilo de vida sedentario.
Sin
embargo, aquellas personas que eran sedentarias al iniciar el estudio y
adoptaron una rutina de ejercicio durante el mismo – y la mantuvieron al
menos por cuatro años— resultaron tener tres veces más posibilidades
que las personas que continuaron con una vida sedentaria de envejecer
saludablemente, sin depresión, demencia ni una enfermedad que
deteriorara su calidad de vida.
El estudio, publicado en la revista British Journal of Sports Medicine,
reafirma la importancia de llevar una vida físicamente activa, sin
importar la edad de la persona, y demuestra por primera vez que los
beneficios del ejercicio existen aún si se adopta la actividad física
tarde en la vida.
Anímese y deje la vida sedentaria;
tan solo incluir caminatas diarias puede contribuir significativamente a
que logre envejecer de forma saludable.
http://www.nacion.com/blogs/epicentro_de_la_ciencia/tarde-empezar-ejercitarse_10_1381961792.html
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